Cultura sólida de seguros que fomentan el cumplimiento del marco legal
By Irina Weisson - marzo 29, 2019
La institucionalidad
Alcanzar un estado en que el marco legal de un país o región se cumpla al pie de la letra, independientemente de las circunstancias, es indispensable para el progreso. Esto va más allá de que partes involucradas en la vida pública cumplan con su deber. Sí, es esencial, pero el entorno en que esa vida pública se desenvuelve es lo más importante.
Las instituciones y lo que éstas representan son, de alguna manera, las garantías que el Estado ofrece ante cualquier actividad de la sociedad. Para que usted pueda confiar en un banco, existe toda una normativa legal e instituciones, como la Superintendencia de Bancos, por ejemplo, que se encargará de establecer los límites de acción de estas instituciones.
Por supuesto, estas instituciones tienen que ser confiables. Si usted no confía en que la Superintendencia de Bancos velará por sus intereses frente a su banco, de nada sirve que exista una. Así, este pequeño aparataje se repite en muchas instancias de la vida pública de los países. ¿Cómo una cultura de seguros fortalece ese marco legal? Pues bien, es importante entender algo más sobre los seguros y cómo estos interactúan con los negocios, las leyes y las personas naturales.
Los seguros como motores del aparato legal
¿Qué es un seguro?
Según la Fundación Mapfre, un seguro es un medio para la cobertura de los riesgos al transferirlos a una empresa aseguradora que se va a encargar de garantizar o indemnizar todo o parte del perjuicio producido por la aparición de determinadas situaciones accidentales. Esta cobertura implica pagar una cierta cantidad por una prestación o indemnización futura en caso de que se presente una situación adversa, que en algunos casos, puede ser extrema. Por ejemplo, la destrucción de una vivienda o el abandono de una obra.
Las empresas aseguradoras, en otras palabras, manejan el riesgo inherente a cualquier tipo de actividad social o comercial. Manejan un concepto de suma importancia, como lo vimos más arriba: la confianza. Cuando existen aseguradoras y pólizas de seguros de por medio, el marco legal y las instituciones tienen un lecho de roca sólida en la que apoyarse. Por ende, esto termina por traducirse en mayor confianza en los procesos de la vida pública.
Un ejemplo simple: un inversionista impulsa la construcción de un centro comercial. El monto invertido en el proyecto es muy alto, y para generar un retorno interesante las cosas tienen que ir al pie de la letra en tiempos y calidad. La compañía constructora firma un contrato con el inversionista. Ese es el marco legal. Además, ambas partes deben estar de acuerdo en firmar una póliza de cumplimiento de contrato, que garantiza el trabajo de la empresa de construcción. Si esta falla, el dinero liberado por la póliza le será útil al inversionista para seguir con el proyecto sin mayor contratiempo, mitigando el riesgo.
Una cultura de seguros
La cultura de seguros es de alguna manera, el resultado de muchos años de educación, uso y desarrollo de los seguros. Las personas de un país adquieren con el tiempo la costumbre de asegurar sus bienes e inversiones. En algunos países el seguro es una obligación; En Ecuador, por ejemplo, es necesario para contratar con el Estado y cada vez más común al momento de contratar con empresas privadas.
En resumen, estos 3 factores: la institucionalidad, la cultura y los seguros, son las partes para un marco legal sólido y de fiar. Es importante entender los beneficios en el largo plazo de contar con seguros y fomentar una cultura acostumbrada a gestionar de manera inteligente el riesgo con el fin de mejorar.