Una tendencia que se ha posicionado en los últimos años en las empresas es la de adentrarse de lleno en la transformación digital, que para algunos es percibida como moda y para otros se asume como el gran paso para mantenerse con una oferta de valor vigente.
La primera pregunta con la que nos encontramos es; ¿cómo gestionar la expectativa de cambio digital que se plantea? Omnicanalidad, ciencia de datos, machine learning y demás tecnologías que nos confunden aparentan ser el objetivo del cambio. En este caso, estas herramientas son parte de la transformación y al compararlas e implementarlas, no nos hacen acreedores de la meta. Es por ello, que les comparto como abordar la transformación desde el día “0” y qué cosas poner en tu lista de tareas.
¿De dónde viene esto?
La evolución natural (ahora exponencial) de un cliente que ya cambió, que no nos avisó y que debemos aceptarlo para entender que nosotros debemos cambiar también.
Si tus productos o servicios están diseñados para un cliente de hace 5 años, ¡activa la alerta! Pues, tu propuesta de valor debe ser revisada ahora.
La propuesta de valor es la razón por la que actualmente tienes clientes y tu cuota de mercado continúa en niveles que permiten el crecimiento. Sin embargo, como la hipertensión, el enemigo silencioso de las empresas es seguir mirando hacia adentro y no hacia el cliente.
Los procesos son la columna vertebral de la operación, nos aseguran estandarización y control sobre la producción, ¿pero son diseñados con atención a tu cliente, a sus cambios y aquellos que el entorno les obligue a tomar? Siendo consecuente con esta realidad, debemos tener claridad de que esta transformación nos plantea un desafío de productividad y alto desempeño.
Es este pues, el desencadenante del desafío de mantenerse vigente y creciendo. Este objetivo debe ser aprehendido por todo tu equipo y convertirse en el mantra para evitar desenfoque de los esfuerzos en este camino.
El cliente no espera a que cerremos la puerta un par de semanas y lleguemos transformados; este es el escenario más utópico. La operación, los planes de mejora, las metas de producción y toda la empresa debe continuar. En ese mismo curso, en paralelo, debe ejecutarse la estrategia de transformación con el mismo equipo, debiendo abordar ambos frentes con éxito y con la menor cantidad de errores en el proceso.
Ahora, luego de lidiar con la inesperada llegada de la pandemia que trajo consigo el teletrabajo que obligó a deshacernos de métodos ortodoxos para gestionar la productividad de los equipos, los líderes deben gestionar la incertidumbre de que sus equipos (que soportan la operación), ahora tienen también, son el frente en proyectos de transformación.
Se dice fácil, implementarlo no lo es tanto.
Es cuando el agilismo entra a hacer su magia, hablando con hechos el trabajo mediante células para empujar proyectos y equipos.
¿Está tu equipo preparado, para más allá de tener el desafío de productividad, para formar equipo con otras áreas y sentirse empoderado para generar definiciones sobre cambios relevantes sobre sus procesos actuales? Hemos dejado de hablar de tecnologías y ahora hablamos de competencias que deben ser desarrolladas por tus líderes. Es una transformación más de la gente, que de tecnologías.
¿Qué sucede con lo digital?
Así como bases de competencias necesarias que deben estar en tu equipo, también existen bases para el desarrollo de una estructura de datos confiable; este es el primer paso de la transformación digital. Sucede que caemos en la tentación de formar parte de la tendencia y en el mercado existe de todo y para todos los gustos.
Inicias un proyecto de inteligencia artificial, con una plataforma de SAAS (Software as a Service), rentas capacidad de procesamiento, contratas un científico de datos y lo desarrollas, y listo, tienes un hermoso caso de implementación de soluciones digitales.
En la realidad este caso es muy frecuente, porque el verdadero costo no radica en la plataforma, sino en la cantidad de tiempo para estructurar toda la data que está detrás. Los resultados de confiabilidad dudosa y datos inconsistentes jugarán en contra de esa expectativa del cliente que quieres sorprender.
Es cuando cobra sentido el ejecutar un proyecto de gobierno de datos, generar bases de datos consistentes con responsables para abonar el terreno ante una solución con este nivel de complejidad.
Finalmente, y no menos importante, el evitar la generación de estos proyectos digitales desde lo táctico u operativo posee una alta probabilidad de desenfocarnos de lo realmente necesario. Identifica a ese grupo de personas convencidas de que necesitan un cambio y promueve, a través de su influencia en el marco de la estrategia, aquellos proyectos para embarcarse en el desarrollo de la transformación digital.
Bibliografía:
Digitalízate ¿Por dónde empezar?: Cómo transformar tu empresa para la era digital - Eduardo Torres Llosa
