Trabajo presencial vs teletrabajo: ¿cuál es la receta ganadora que nos deja la pandemia?

By Teresa Peña Hurtado, Presidente Ejecutiva - octubre 05, 2021

A raíz de la declaración de la pandemia en el mes de marzo del 2020, muchas empresas tuvimos que pasar a un formato de teletrabajo al 100%, así no hayamos estado preparados para realizarlo. Dependiendo del sector económico, algunas organizaciones logramos la meta de mantener la producción por medio de una modalidad virtual inesperada, que se ha vuelto ya, parte de nuestro día a día. Pero ahora que vemos el progreso de la vacunación masiva y estamos de cara a una apertura de puertas a lo presencial, en muchos queda la duda de si debemos o no mantener el teletrabajo.

 

A raíz de la declaración de la pandemia en el mes de marzo del 2020, muchas empresas tuvimos que pasar a un formato de teletrabajo al 100%, así no hayamos estado preparados para realizarlo. Dependiendo del sector económico, algunas organizaciones logramos la meta de mantener la producción por medio de una modalidad virtual inesperada, que se ha vuelto ya, parte de nuestro día a día. Pero ahora que vemos el progreso de la vacunación masiva y estamos de cara a una apertura de puertas a lo presencial, en muchos queda la duda de si debemos o no mantener el teletrabajo.

Bajo mi perspectiva, estoy convencida de que el teletrabajo llegó para quedarse, pero no al 100%. Ustedes se preguntarán: ¿por qué no al 100% si ya logramos estar en ese formato? Para mí la respuesta es que las empresas están formadas por personas, y si bien hay un sinnúmero de actividades que podemos realizar de forma remota, conectados bajo un servicio de videoconferencia como Zoom o totalmente independientes, hay actividades que son vitales en una organización y que requieren del entendimiento entre sus personas.

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Harvard Business Review hizo la publicación de una información que me resultó muy clara y útil para identificar cuándo es necesario estar en persona y cuándo un esquema híbrido o en línea es aceptado; esto analizado desde la perspectiva de la complejidad de la tarea y el cumplimiento óptimo de la misma.

 

De esto se desprende un primer gran argumento a favor del trabajo híbrido.

 

Un segundo argumento, y para nada menos importante, es el del servicio al cliente. Debemos atender las necesidades de todos nuestros clientes, aquellos que ya pertenecen al mundo digital o los nativos digitales, pero también a aquellos que ante una necesidad compleja, prefieren una reunión personal. La experiencia del cliente en el contacto con la empresa es un factor determinante en la fidelidad o recompra, por lo que debería aplicarse el término de omnicanalidad en el servicio, y uno de esos canales sigue siendo la atención personalizada presencial.

 

Existe un tercer punto, que tal vez no es tan visible, pero no por eso menos importante. La mayoría de las empresas logramos superar el modo de teletrabajo 100% en emergencia, ¿pero hicimos realmente la migración cultural que es necesaria para mantener este tipo de trabajo en el tiempo? Esto es bastante más complicado, un ajuste en la cultura organizacional toma tiempo y es vital que todos en una compañía estén alineados para no estar presentes; se requiere preparación y sobre todo empoderamiento.

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En resumen, por más que todos estemos conscientes del beneficio familiar que para la mayoría representó el estar confinados, no podemos ser ajenos a todos los cambios internos que necesitamos lograr en una empresa antes de poder decir que se logrará eficiencia al 100% estando remotos. Entonces, ¿cuál es la mezcla perfecta? Aún no hay receta específica, pues va a depender mucho de la madurez y cultura de las empresas y el tipo de negocio o sector en el que se encuentre uno. Yo apostaré por un sistema híbrido, variante de acuerdo a las tareas de los colaboradores, que permita rescatar lo bueno de los dos formatos.

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