El último lustro en términos de economía mundial fue algo turbulento. La desaceleración económica global de 2008 dejó ver sus efectos hasta 2015 y el año pasado fue más de control de daños y de estabilizar la situación económica. El crecimiento anual de las naciones desarrolladas y de las economías emergentes sufrió una desaceleración récord desde la crisis global de este siglo. Sin embargo, el crecimiento se ha evidenciado desde fin de año hasta mayo de 2017. Los expertos prevén que esto continúe y asfalte el camino para una economía más sólida para lo que queda de 2017 y 2018. De hecho, según John Lorié, Economista en Jefe del Grupo Atradius, la recuperación del crecimiento comercial depende del desarrollo cíclico de estos factores.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) estima que los índices de comercio global crecerán en un 2.4% este año con la premisa de cautela relacionada a la estabilidad de la política económica de las potencias como Estados Unidos, Francia, Rusia y Alemania.
“El crecimiento menguante de los últimos años es consecuencia, en gran medida, de la debilidad de la economía global. Dicho esto, el comercio tiene el potencial de fortalecer el crecimiento si es que el intercambio de bienes y la oferta de servicios a través de las fronteras sigue sin restricciones que entorpezcan la dinámica.” Afirmó Roberto Azevêdo, Director de la OMC.
El crecimiento en el consumo de bienes y servicios es el motor del PIB de las economías avanzadas. Sin embargo, la estabilidad política y social es un factor determinante para el dinamismo en este sentido. El último año electoral dejó a Europa continental lejos del populismo radical, pero la incertidumbre saltó con el Brexit, la asunción del poder de Theresa May y la ajustada victoria de Donald Trump en Estados Unidos.
Dicho esto, es un hecho que el crecimiento en mercados emergentes está recuperándose después de un duro 2016. Esto es el reflejo de la recuperación en los mercados más estables y un fuerte apoyo en las exportaciones, lo que apuntaló el valor de productos básico y ayudó a la estabilización de exportadores.
Como ya se mencionó, las condiciones de política económica que imponen las potencias puede ser el factor que determine el futuro de la economía. La posibilidad de un panorama de desarrollo comercial desfavorable y condiciones más estrictas puede afectar seriamente a economías más vulnerables. Mientras Estados Unidos renegocia con México y Canadá el tratado NAFTA y Gran Bretaña determina su nueva relación con el resto de Europa, lo que queda es una cautela optimista que apunte a un fortalecimiento de relaciones comerciales para mantener y fortalecer el crecimiento de este año.
Con el nuevo gobierno, Ecuador planifica reducir su déficit fiscal a un 4.6% para finales de este año, como lo afirmó su Ministro de Finanzas, Carlos De La Torre. Esta perspectiva, sumada a la reducción del IVA y la eliminación paulatina de las restricciones a importaciones dan cuenta de un panorama más alentador. Pero sobre todo hablan de un crecimiento proyectado que sea real y sostenible en el tiempo para ofrecer estabilidad.